EL SALVADOR: ENTRE LAS REFORMAS DEL FMI Y LOS DESAFÍOS INTERNOS
Desde Afuera
Douglas Agreda
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este 18 de diciembre, que había alcanzado un acuerdo de principio con El Salvador sobre un arreglo de financiamiento extendido (EFF). Este acuerdo, aún sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, promete una inversión de aproximadamente 1.4 mil millones de dólares para apoyar la estabilidad fiscal, las reformas estructurales y el crecimiento económico del país. Si el acuerdo se concreta, podría marcar un cambio importante en las expectativas económicas de El Salvador, beneficiando tanto al gobierno como a la población en el mediano y largo plazo.

Beneficios esperados para El Salvador
Uno de los puntos más destacados del acuerdo con el FMI es el respaldo a las reformas fiscales y estructurales que el gobierno ha estado implementando para mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Según el FMI, estas reformas están orientadas a consolidar las cuentas fiscales, reducir la deuda pública y garantizar un crecimiento económico sostenido. Estas medidas podrían proporcionar un respiro a largo plazo a las finanzas del gobierno, que actualmente enfrenta desafíos derivados de la deuda pública y los altos costos operativos.
Además, el FMI menciona que el acuerdo también busca fomentar un entorno económico más resiliente, fortaleciendo la gobernanza, la transparencia y la capacidad de recuperación ante crisis externas. La implementación de reformas en áreas clave como la mejora de la infraestructura, la reducción de la burocracia y la eficiencia del sector público son fundamentales para lograr estos objetivos.
Para la población salvadoreña, los beneficios de este acuerdo podrían incluir una mayor estabilidad económica, mejores perspectivas de crecimiento y una reducción de los riesgos financieros. El aumento en las inversiones extranjeras podría generar más empleos y contribuir a la expansión de sectores clave como el turismo, la construcción y la tecnología. En este sentido, el acuerdo también apunta a mejorar el acceso a los mercados internacionales, facilitando la exportación y fortaleciendo la posición de El Salvador en la economía global.
Los desafíos y contras del acuerdo
Aunque el acuerdo con el FMI ofrece numerosas ventajas, también plantea ciertos desafíos, especialmente a nivel doméstico. Uno de los puntos de controversia son las medidas de austeridad necesarias para cumplir con las metas fiscales. Estas incluyen la reducción del gasto público y la implementación de reformas que, aunque necesarias para la sostenibilidad económica, podrían afectar a sectores vulnerables de la población. El gobierno salvadoreño deberá ser capaz de balancear las reformas fiscales con la necesidad de proteger a las clases más desfavorecidas, especialmente en un contexto donde la pobreza y la desigualdad siguen siendo problemas estructurales.
El plan también contempla un enfoque más cauteloso respecto al uso de Bitcoin, una de las iniciativas emblemáticas del gobierno de Nayib Bukele. Si bien el FMI no se opone de manera rotunda a la criptomoneda, sugiere que se implemente una regulación más estricta para mitigar los riesgos asociados. Esto podría representar una contraposición con los objetivos de la administración de Bukele, que ha sido un ferviente defensor de las criptomonedas, especialmente del Bitcoin como moneda de curso legal. La potencial desaceleración o ajuste en el uso de Bitcoin podría generar incertidumbre en ciertos sectores económicos, aunque también ofrece la oportunidad de establecer un marco legal más robusto y seguro para la criptomoneda.
Perspectiva internacional
Desde la perspectiva internacional, la firma de este acuerdo con el FMI es una señal positiva para los inversionistas y organismos multilaterales. Asegura a la comunidad internacional que El Salvador está comprometido con la estabilidad económica y la implementación de reformas estructurales responsables. Esto podría facilitar un acceso más amplio al financiamiento internacional y mejorar la percepción del país en los mercados globales.
Sin embargo, la ejecución de las reformas podría generar tensiones internas, especialmente en un país donde los desafíos sociales son evidentes. Las expectativas de crecimiento económico, aunque optimistas, dependerán de la capacidad del gobierno para implementar las reformas sin generar un descontento social significativo.
Conclusión
En resumen, el acuerdo con el FMI, si es aprobado por el Directorio Ejecutivo, podría ser un paso importante hacia la estabilización fiscal y el crecimiento económico sostenido para El Salvador. Los beneficios potenciales incluyen una mayor inversión extranjera, la mejora de la infraestructura y una mayor integración a los mercados internacionales. Sin embargo, las medidas de austeridad necesarias y el enfoque cauteloso respecto al Bitcoin podrían generar desafíos en el corto plazo, especialmente si afectan a los sectores más vulnerables de la población. El gobierno tendrá que gestionar estos desafíos cuidadosamente para garantizar que las reformas beneficien a toda la población salvadoreña y no solo a un sector privilegiado.
