OTROS CAMINOS POSIBLES: EL PROGRAMA CAN+ Y LAS NUEVAS RUTAS DE MOVILIDAD PARA LOS SALVADOREÑOS
Por:
Douglas Agreda
Durante décadas, el sueño de viajar a Estados Unidos ha sido casi un mandato cultural para muchos salvadoreños. Sin embargo, las largas filas, las entrevistas impredecibles, y las tasas de rechazo de visas se han convertido en un muro psicológico y burocrático que muchos ya no están dispuestos a escalar. Hoy, ese muro comienza a mostrar una puerta lateral: Canadá, y con él, una herramienta poco conocida pero altamente estratégica: el programa CAN+.

El CAN+ es una iniciativa del gobierno canadiense diseñada para agilizar el proceso de obtención de visas para viajeros con un historial migratorio favorable. Para muchos salvadoreños que han viajado recientemente a Estados Unidos o Canadá, este programa representa no solo una alternativa viable, sino también una oportunidad realista de movilidad internacional sin el desgaste emocional que suele implicar el proceso estadounidense.
¿Quiénes pueden beneficiarse? Aquellos ciudadanos salvadoreños que hayan ingresado legalmente a EE. UU. o Canadá en los últimos diez años. No basta con tener una visa vigente, se debe demostrar que se ha utilizado correctamente. Esta política reconoce el comportamiento migratorio responsable como una credencial de confianza, reduciendo los trámites y mejorando los tiempos de respuesta.

Desde una perspectiva crítica, esta estrategia canadiense destaca por lo que muchas veces Estados Unidos ignora: que un historial migratorio positivo es un mejor indicador que cualquier número de formularios o entrevistas presenciales. El CAN+ elimina parte del papeleo, procesa con mayor agilidad las solicitudes y ofrece mayores tasas de aprobación. Y lo más importante: está funcionando.
Para El Salvador, donde las remesas siguen siendo una columna vertebral de la economía, y donde miles de jóvenes y profesionales anhelan experimentar y crecer fuera de sus fronteras, este tipo de mecanismos debería estar en la conversación pública diaria. Ya no se trata solo de ir al norte. Se trata de mirar más al norte, pero con otra brújula.
Las oficinas de migración, agencias de viajes y hasta los ministerios pertinentes deberían estar promoviendo este tipo de alternativas. Si Canadá ofrece vías más justas, humanas y eficaces, es responsabilidad de todos —medios, instituciones y familias— informar y orientar. La movilidad no debe seguir siendo un privilegio de unos pocos ni una carrera de obstáculos arbitrarios.

Claro está, el programa CAN+ no garantiza la aprobación automática. Si existen factores de riesgo, el proceso se detiene. Pero para quienes han sido viajeros responsables, trabajadores, cumplidores, esta puede ser la oportunidad que esperaban.
Al final del día, no se trata solo de salir del país. Se trata de moverse con dignidad, con legalidad y con inteligencia estratégica. Mientras muchos siguen esperando años por una entrevista en la embajada americana, otros ya están abordando un vuelo rumbo a Montreal, Toronto o Vancouver… gracias al CAN+.
