IGLESIA CATÓLICA PIDE QUE NO CONVIERTAN A EL SALVADOR EN UNA GRAN CÁRCEL.

San Salvador, El Salvador. La Iglesia Católica salvadoreña alzó su voz este domingo a través del arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, quien hizo un llamado contundente a las autoridades nacionales e internacionales: “Le pedimos a las autoridades que no conviertan a nuestro país en una gran cárcel internacional”.
El pronunciamiento surge tras recientes informes sobre la deportación de migrantes venezolanos y salvadoreños desde Estados Unidos hacia el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), ubicado en Tecoluca, San Vicente.
UNA PREOCUPACIÓN POR LOS DERECHOS HUMANOS
Monseñor Escobar Alas expresó su preocupación por lo que considera una estrategia de represión y encierro desproporcionada, que podría estar violando derechos fundamentales de personas que no han tenido un debido proceso judicial o que fueron detenidas simplemente por su estatus migratorio.
“No podemos permitir que nuestro territorio se utilice como un centro de detención para miles de personas deportadas. Debemos proteger nuestra soberanía, pero también nuestros valores humanos y cristianos”, señaló durante su homilía dominical.
UNA REALIDAD COMPLEJA PARA MIGRANTES
El Salvador ha sido, históricamente, país de origen de miles de migrantes que buscan mejores oportunidades en Estados Unidos. Sin embargo, la colaboración bilateral en temas de seguridad y migración ha generado tensiones respecto al uso del CECOT como posible destino para personas deportadas, incluyendo ciudadanos extranjeros.
Aunque las autoridades salvadoreñas no han confirmado oficialmente la llegada de migrantes al CECOT, la declaración de la Iglesia Católica ha generado un amplio debate en la opinión pública.
LLAMADO A LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO
La Iglesia instó al gobierno salvadoreño a buscar soluciones humanitarias y no punitivas, haciendo énfasis en que la seguridad debe estar acompañada de justicia social, educación y oportunidades laborales.
“La seguridad no se construye con más cárceles, sino con más oportunidades y respeto a la dignidad humana”, concluyó Monseñor Escobar Alas.
