EL POSIBLE REGRESO DE DONALD TRUMP: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL SALVADOR Y SU COMUNIDAD EN ESTADOS UNIDOS?
Desde Afuera
Por: Douglas Agreda
La posibilidad de que Donald Trump regrese a la presidencia de Estados Unidos plantea grandes interrogantes, especialmente para países como El Salvador y para la extensa comunidad salvadoreña en suelo estadounidense, que supera los tres millones de personas. Bajo un nuevo mandato de Trump, temas cruciales como la migración, el comercio y la seguridad se verían influenciados, y estos cambios tendrían un impacto directo en la relación con el gobierno de Nayib Bukele, quien ha mantenido una postura pragmática y a veces polémica en sus relaciones con Estados Unidos.
Una relación pragmática y desafiante con Nayib Bukele
Bukele y Trump compartieron una afinidad basada en un enfoque firme sobre la seguridad y la migración. Durante la presidencia de Trump, Bukele mostró su disposición a colaborar con las políticas migratorias estadounidenses, con acuerdos como los programas de asilo que desviaron a solicitantes de asilo hacia El Salvador y otros países en la región. Si Trump gana, es probable que esta cooperación en temas de seguridad y migración se renueve, considerando el enfoque de ambos líderes en mantener el control fronterizo y reducir los flujos migratorios.
Sin embargo, también existen desafíos importantes. Bukele ha buscado proyectar la imagen de un “nuevo El Salvador”, con políticas agresivas en seguridad y mano dura contra las pandillas, lo cual ha recibido críticas de sectores en Washington. Un posible regreso de Trump podría reforzar la narrativa de Bukele, que se presenta como un defensor del orden y de la seguridad, pero también pondría en riesgo el apoyo en temas de derechos humanos, un área en la que Bukele ha sido criticado duramente por la administración actual de Biden.
Migración y TPS: una incertidumbre renovada
Para los salvadoreños que residen en Estados Unidos, el panorama podría volverse incierto. Durante su administración, Trump intentó desmantelar el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), que protege a cientos de miles de salvadoreños en Estados Unidos de la deportación. Aunque estas políticas fueron bloqueadas por los tribunales, la intención fue clara, y un regreso de Trump podría reactivar estos intentos, generando ansiedad en la comunidad salvadoreña que depende del TPS para su estabilidad.
Además, el endurecimiento de las políticas migratorias afectaría a los nuevos migrantes salvadoreños que ven en Estados Unidos una vía para escapar de la situación económica y de seguridad en El Salvador. Para quienes aspiran a un futuro en Estados Unidos, el posible regreso de Trump podría significar un acceso aún más difícil y una situación de mayor vulnerabilidad.
Comercio y economía: entre la dependencia y la oportunidad
En términos económicos, una administración de Trump implicaría mantener, y posiblemente reforzar, una política de proteccionismo. Para El Salvador, esto significa que cualquier cambio en las condiciones comerciales o en las remesas podría tener un impacto directo en su economía. Las remesas, que constituyen un pilar fundamental para muchas familias salvadoreñas, podrían verse afectadas si Trump impone más restricciones sobre el envío de dinero o endurece las leyes fiscales.
No obstante, en el lado positivo, Trump ha mostrado interés en atraer inversiones de vuelta a Estados Unidos, y Bukele podría buscar aprovechar esta tendencia para atraer empresas estadounidenses a El Salvador. Esto podría traducirse en un impulso para el empleo local si se manejan adecuadamente las negociaciones.
Conclusión: una encrucijada para la comunidad salvadoreña
El regreso de Donald Trump presenta un conjunto de retos y oportunidades tanto para el gobierno de Bukele como para la comunidad salvadoreña en Estados Unidos. La relación entre ambos líderes podría traer cierta continuidad en temas de seguridad, pero también pondría a prueba el equilibrio entre cooperación y autonomía.
Para los salvadoreños en Estados Unidos, un posible endurecimiento en las políticas migratorias y el riesgo para el TPS renuevan una preocupación legítima sobre su permanencia en el país que han convertido en su hogar. El Salvador, por su parte, deberá prepararse para adaptar su política exterior y fortalecer sus relaciones bilaterales en beneficio de los millones de salvadoreños que aún consideran a Estados Unidos como su principal socio estratégico.