EL SALVADOR: UNA MIRADA DESDE EL EXTERIOR AL SEGUNDO MANDATO DE BUKELE
Desde Afuera
Por: Douglas Agreda
El inicio del segundo mandato de Nayib Bukele el 1 de junio de 2024 ha generado un debate significativo tanto dentro de El Salvador como en la comunidad internacional. Bukele, tras reformar el sistema electoral y concentrar su poder, ha prometido centrar su enfoque en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, desde la perspectiva de la diáspora salvadoreña en Canadá y Estados Unidos, estas promesas son vistas con escepticismo.
La disminución de la violencia pandillera ha sido un logro notable de la administración, brindando seguridad a un país asolado por el crimen. Sin embargo, este éxito se ha alcanzado mediante un estado de excepción que ha generado preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos. Los salvadoreños en el extranjero observan con preocupación la erosión de la democracia y el alto nivel de corrupción que en el país.
La reciente visita de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, a El Salvador destaca el interés de otros países en el “método Bukele” para combatir las pandillas. Bullrich recorrió la mega cárcel del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y se reunió con altos funcionarios salvadoreños. Si bien este acercamiento podría aportar soluciones a problemas de seguridad en la región, es vital que se evalúen críticamente los métodos empleados por Bukele para evitar violaciones a los derechos humanos y la consolidación autoritaria.
La comunidad internacional y la diáspora salvadoreña juegan un rol esencial en monitorear y apoyar la lucha contra la corrupción en El Salvador. Instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Centroamericano de Integración Económica deben exigir transparencia y responsabilidad en el uso de fondos públicos. Las sanciones financieras individuales por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, bajo la Ley Global Magnitsky, son un paso importante para presionar al gobierno salvadoreño a tomar medidas efectivas contra la corrupción.
El verdadero desafío para Bukele en su segundo mandato será demostrar un compromiso genuino con la transparencia, la justicia y el respeto a los derechos humanos. La percepción de corrupción sigue siendo alta, y la confianza en las instituciones públicas es baja. Según Transparencia Internacional, El Salvador ha retrocedido en su índice de percepción de la corrupción, destacando la necesidad de una reforma real y efectiva.
En conclusión, mientras la comunidad internacional y la diáspora salvadoreña observan con atención, es crucial que las acciones del gobierno se alineen con los principios democráticos. Solo a través de un compromiso auténtico con la transparencia y la justicia, El Salvador podrá avanzar hacia un futuro más justo y democrático, beneficiando tanto a sus ciudadanos como a la diáspora que sigue profundamente conectada con su país de origen.