Cumbre del Mercosur: Lacalle Pou se rebela y evita firmar un comunicado conjunto con Bolsonaro, Fernández y Abdo Benítez

La 59 Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) culminó este viernes con el clima de tensión que ha mantenido a lo largo del año luego de que el presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou, se negara a firmar el comunicado conjunto del bloque.

En los discursos del uruguayo y de los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández; Brasil, Jair Bolsonaro, y Paraguay, Mario Abdo Benítez, predominaron los llamados a la unidad, pero ya en los hechos volvieron a evidenciarse las diferencias.

Los presidentes disertaron de manera virtual y aprovecharon la ocasión para despedir a Sebastián Piñera, el presidente de Chile que participó en su última reunión del Mercosur, ya que el domingo se realizará la segunda vuelta de las elecciones que definirán quién será su sucesor.

En las dos reuniones pasadas, Bolsonaro, Abdo Benítez y Lacalle Pou exigieron que el Mercosur modifique sus normas para que cada país pueda negociar de manera individual acuerdos comerciales con otros países o bloques comerciales, a lo que Fernández se niega por considerar que pone en riesgo la integración regional y el sentido mismo de la existencia del bloque.

El presidente argentino también se resistía a la reducción del arancel externo común que el Mercosur impone a las importaciones de otros países, aunque en los últimos meses logró un acercamiento con Bolsonaro que ayudó a paliar la confrontación.

La crisis llegó a su punto máximo en marzo pasado, cuando Lacalle aprovechó el festejo de los 30 años del Mercosur para calificar como «un lastre» las restricciones a firmar acuerdos comerciales individuales con otros países y Fernández lo conminó a que, si no estaba conforme, tomara «otro barco», es decir, a dejar el bloque comercial, lo que el uruguayo validó como posibilidad.

En julio, la relación no había mejorado. Por el contrario, Lacalle Pou llegó a una nueva cumbre con el anuncio de que, a pesar de que el Mercosur lo impide, iniciaría la búsqueda de nuevos acuerdos comerciales por su cuenta. Bolsonaro lo apoyó, pero Fernández recordó entonces que este tipo de decisiones debían votarse de manera unánime.

Un mes más tarde, Fernández y Lacalle Pou se reunieron en Buenos Aires para tratar de superar un conflicto institucional que evidenció el peso de las diferencias ideológicas, ya que el argentino encabeza a uno de los gobiernos progresistas de la región, mientras que el uruguayo, Bolsonaro y Abdo Benítez representan a la derecha.

El diálogo fructificó, pero este viernes se reavivaron las tensiones porque el comunicado final solo mencionó el debate para reducir el arancel externo común pero no incluyó alusión alguna al reclamo de Uruguay para flexibilizar las normas del grupo, por eso solo aparecen las firmas de los presidentes de Argentina, Brasil y Paraguay.

Discursos conciliadores

Bolsonaro, quien le entregó la presidencia pro témpore del  Mercosur a Abdo Benítez, lamentó que durante este semestre no se haya acordado la reducción del arancel externo común a pesar de que Brasil aceptó una baja menor a que había planteado en un principio.

«Esta reducción seguirá siendo una prioridad de nuestra agenda», dijo al prometer que la rebaja del 10 % en los aranceles de las importaciones de Brasil que anunció la semana pasada es «de carácter excepcional y temporal».

Por otra parte, celebró que a pesar de la crisis acentuada por la pandemia el Mercosur mantiene abiertas las negociaciones de acuerdos comerciales con la Unión Europea, Canadá, Corea del Sur, Singapur y Líbano, además de que en breve comenzará a dialogar con Vietnam y explorará pactos con países de América Central y el Caribe.

Abdo Benítez advirtió que la reducción del arancel externo común será la prioridad de su liderazgo semestral al frente del bloque, pero a través de la preservación de una política comercial común.

«El Mercosur ha multiplicado más de 12 veces el comercio entre sus socios en 30 años, aun en pandemia representó el 64 % de exportaciones de Paraguay y el 35 % de nuestro intercambio global», destacó.

Lacalle Pou advirtió que no volvería a detallar su agenda en torno al bloque, pero consideró que, más allá de las diferencias, algo positivo fue el sinceramiento de las posiciones de cada uno de los países miembros.

«Nuestro país no veía en este proceso de modernización la totalidad de sus intereses satisfechos, tenemos vocación de pertenecer al Mercosur, pero así como tenemos que hablar de prosperidad y libertad, y esa prosperidad obviamente genera ciertas tensiones entre los intereses nacionales, también debemos llegar a un punto intermedio (…) somos optimistas, el mundo necesita nuestros productos y la inteligencia de nuestros compatriotas, y nosotros como uruguayos y como Mercosur seguimos apostando firmemente», aseguró al desdibujar la posibilidad de que Uruguay abandone al bloque.

Fernández subrayó que hay una mayor capacidad de negociación si trabajan de manera colectiva y que la clave es conseguir aperturas de mercados relevantes sin asumir obligaciones imposibles de cumplir.

«Esto es lo que nos exige una visión comercial integrada y con capacidad de coordinación para atender los intereses nacionales (…) somos una zona de paz y democracia, tener signos políticos distintos no impide mejorar la infraestructura común, ni pensar en un futuro más justo y moderno. Contra todos los pronósticos pesimistas,  el Mercosur es resultado de la mejor política«, señaló.

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