EE.UU. termina pruebas de la bomba antibúnker GBU-72, aún más letal que el proyectil ‘Garganta profunda’ actualmente en uso
La Fuerza Aérea de EE.UU. completó una serie de pruebas de la nueva bomba perforadora de concreto GBU-72 de 2,3 toneladas, lanzada desde un cazabombardero pesado F-15 Strike Eagle, según un comunicado de la Base de la Fuerza Aérea Eglin (estado de Florida) emitido el 12 de octubre.
La potencia de la GBU-72 será significativamente mayor que la actual bomba antibúnker GBU-28, que tiene un peso comparable y ha estado en uso durante las tres últimas décadas.
La Fuerza Aérea de EE.UU. planea comenzar a comprar la GBU-72 el próximo año. Los portadores de estas municiones deberían ser cazas y bombarderos, aunque los militares no indicaron en qué aviones se incorporará, además de los F-15E.
La GBU-72 de caída libre JDAM está equipada con un kit de guiado que incluye alas y una unidad de cola con empenaje de control. Suele utilizarse con munición más ligera como la GBU-31 de 907 kg.
El objetivo de la serie de pruebas fue demostrar que la bomba se puede lanzar de forma segura desde un avión y confirmar que el kit JDAM modificado es capaz de guiar una bomba que pesa 2.300 kilogramos.
Además de las pruebas de vuelo, los militares realizaron una serie de pruebas en tierra en la base de Eglin, durante las cuales se detonó la ojiva de la bomba para obtener datos sobre su efecto dañino.
Aunque no se han revelado detalles sobre sus capacidades, el responsable del programa GBU-72, James Culliton, señaló que su letalidad será muy superior a la de la GBU-28. Esta última, también llamada ‘Deep Throat’ (‘Garganta profunda’) es capaz de perforar más de seis metros de hormigón armado.
El Ejército estadounidense cuenta con bombas más grandes que la GBU-72, como la GBU-57 MOP, que pesa 13,6 toneladas. La primera versión de la GBU-57 fue capaz de perforar hasta 60,9 metros de hormigón armado.
En enero de 2013 Boeing presentó una versión modernizada de este terrible explosivo, con capacidad de perforación aún mayor, concebida para destruir las instalaciones subterráneas fortificadas en Irán y Corea del Norte. Su nuevo potencial todavía no se ha dado a conocer.